El Trastorno del Espectro Autista (TEA), más conocido como autismo, es una deficiencia del desarrollo que se caracteriza por una disminución de la comunicación social y el aprendizaje social, comportamientos repetitivos e intereses obsesivos. En el pasado, existían diferentes denominaciones para lo que ahora se conoce como “espectro autista” (por ejemplo, síndrome de Asperger, trastorno generalizado del desarrollo), que muestra una amplia gama de gravedad y síntomas. A menudo se dice que las personas con TEA”tienen autismo” o “están en el espectro”. 

Como se ha mencionado, existe una amplia gama de síntomas que pueden atribuirse a un diagnóstico de TEA. Los síntomas más comunes incluyen (entre otros):  

Disminución del interés por las relaciones sociales, intereses obsesivos, comportamientos motrices repetitivos ( manoteos, saltos, andar de un lado a otro), retrasos en el habla o en la comunicación, incapacidad para tolerar cambios en su entorno o en su rutina, comportamientos ritualizados (por ejemplo, alinear los juguetes, ordenar los objetos de una manera determinada), disminución de la tolerancia a la frustración, berrinches, agresividad, golpearse a sí mismo, retraimiento social (por ejemplo, “estar en su propio mundo”), pérdida de habilidades previamente aprendidas.  

El TEA se conoce como un trastorno del espectro. Cada individuo mostrará los déficits básicos, pero esos déficits pueden manifestarse de diferentes maneras. 

En resumen, la investigación no tiene certeza. Parece que hay una serie de factores genéticos que pueden influir en el desarrollo del TEA, así como ciertos factores ambientales, pero aún queda mucho por aprender sobre las causas del TEA. Lo más probable es que sea una culminación de muchos factores, no una causa única.  

Es importante señalar que la controversia que rodea a las vacunas infantiles y el desarrollo del TEA no está bien fundamentada. La investigación que produjo esta idea ha sido revisada ampliamente y, en última instancia, retractada debido al uso de un diseño científico deficiente y a un comportamiento poco ético por parte del investigador.

El TEA puede ser diagnosticado por un psicólogo o un médico. Independientemente del profesional al que se acuda, éste realizará una serie de pruebas para determinar si el individuo reúne los criterios del TEA. Estas pruebas incluirán entrevistas con los cuidadores principales, evaluaciones de habilidades y otras medidas establecidas diseñadas para identificar si un individuo reúne los requisitos para un diagnóstico de TEA. Estas evaluaciones pueden realizarse en una sola visita o en una serie de visitas, según la opinión del profesional que realiza el diagnóstico. Al final del proceso, el profesional le entregará un informe escrito, discutirá sus conclusiones con usted y le hará recomendaciones sobre cómo proceder. 

La terapia de ABA es el tratamiento más recetado cuando se le diagnostica autismo a un niño. Se trata de un enfoque basado en la evidencia que da prioridad enseñarle a su hijo formas más sanas y eficaces de comunicarse y desenvolverse en el mundo que le rodea. 

Lamentablemente, no existe una cura para el TEA. Sin embargo, el tratamiento ABA ha demostrado ser muy eficaz para los individuos en el espectro. Un gran número de niños que reciben terapia ABA han visto una reducción significativa de la gravedad de los síntomas y han conseguido llevar una vida plena y satisfactoria. 

La terapia ABA ayuda a los niños que no consiguen prosperar en su entorno actual utilizando técnicas que han demostrado aumentar la motivación de su hijo y mejorar habilidades como el habla, la cooperación, respetar los turnos, hacer amigos, las habilidades motoras, la higiene y la capacidad de cuidar de sí mismos, entre otras.  

Además del desarrollo de habilidades, la terapia ABA puede reducir al mínimo los comportamientos que inhiben el aprendizaje o que son inapropiados. Nos centramos en reducir los índices de comportamiento no deseado, al tiempo que enseñamos al niño a utilizar medios más adecuados para satisfacer sus necesidades. 

La terapia de ABA ayuda a los niños a mejorar sus habilidades sociales, habilidades de comunicación, su comportamiento y su comodidad en entornos nuevos y variados, al mismo tiempo que reduce comportamientos inadapto. Esto ayuda a preparar a su hijo para la escuela, interacciones sociales, y en general tener una vida más suave y más independiente. 

Cada niño es único y tiene necesidades diferentes. El analista del comportamiento certificado (BCBA) se reunirá con usted y su hijo para crear un plan de terapia individualizado específico para las necesidades de su hijo. Esta terapia incluirá objetivos definidos, métodos de avance, y un horario de terapia acordado. 

El avance de su hijo será seguido de cerca por un Analista de comportamiento (BCBA) que se reunirá con usted constantemente para ajustar el plan de terapia según sea necesario. Además, cada 6 meses se lleva a cabo una reevaluación de avance. La duración de la terapia depende de los avances realizados hacia las necesidades/ objetivos específicos de su hijo. 

Lo antes posible. Cuanto antes reciba el niño la terapia de ABA, lo más eficaz será. La intervención temprana mejora las habilidades sociales e intelectuales que serán esenciales para su éxito académico y los preparará mejor para las incertidumbres de la vida. 

Sí! La participación del cuidador es clave para mejorar el avance de su hijo. Ofrecemos formación del cuidador para ayudarle a entender el programa de terapia de su hijo y cómo seguir avanzando en casa. 

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